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dimecres, de febrer 09, 2011

Snob. nombre común.

La palabra snob no está en el DRAE, pero sí esnobismo, que [en su decimonovena edición] se definía así: «esnobismo, del inglés snob, esclavo de la moda. Exagerada admiración por todo lo que es de moda». Es lo que podríamos haber llamado, caritativamente, una definición aproximada. Snob, en inglés, no quiere decir «esclavo de la moda».

El Diccionario Webster universitario lo define como: «persona que exhibe servilismo e insolencia según permitan las circunstancias, especialmente persona afecta a una jerarquía, posición social o cultural más alta de la que los hechos justifican».

Si miramos la palabra snob en el Larousse francés, nos encontramos que es «el que da muestras de esnobismo» y esnobismo significa «admiración fingida y tonta por lo que está de moda».

Vemos, por lo tanto, que los españoles siguieron a los franceses en esta imperfecta definición, aunque lo corriente es que cuando hablamos de un snob no nos referimos solamente a alguien que sigue la moda, sino a alguien que tiene una actitud espiritual muy determinada.
Quizá hubiera sido mejor buscar la definición en el libro del novelista inglés William Makepaece Thackeray titulado The Book of Snobs —El libro de los snobs—, que compila en un volumen ensayos publicados periódicamente en la revista Punch, entre los años 1846 y 1847, bajo el título «The Snobs of England by One of Themselves». Este libro fue publicado en 1848 y en él se traza en pocas palabras una definición que quizá sea más aproximada: «snob es el hombre o mujer que pretende constantemente ser algo mejor de lo que es, especialmente más rico y más a la moda».

Y de la etimología de la palabra snob, que es lo que aquí interesa, se sabe que tuvo su origen en una vieja costumbre existente en Inglaterra: cuando se empadronaba a los ciudadanos en un municipio, se relacionaban a continuación del nombre de los nobles sus títulos y dignidades. A los individuos de clase media se les ponía la abreviatura s.nob, que quería decir sine nobilitate, o sea, «sin nobleza».
Así, estas gentes del estado llano, estos sine nobilitate, con frecuencia imitaban el lenguaje, los modales y el modo de ser de los aristócratas pensando pasar por tales; y de ahí viene que se aplicara el calificativo, primero en inglés, y luego en todas las lenguas modernas, a los fatuos y petulantes que pretenden y simulan ser lo que no son.
Esto es lo que afirma Néstor Luján, pero existe otra versión de la mismísima Universidad de Oxford, que sostiene que hasta la fecha nadie ha podido ponerse de acuerdo respecto a cuándo se usaba la abreviación de sine nobilitate: si al hacer la lista de pasajeros en un barco —para asegurar que con el capitán sólo comiera la mejor gente— o como nota al margen en las genealogías o en la lista de invitados a una reunión social, para indicar que no era requerido ningún título para ser anunciado; pero que sí se tienen registros de que en el siglo XVIII se usaba para designar al zapatero o a su aprendiz.

Asimismo, en esa época, los estudiantes de Cambridge denominaban snobs a todos aquellos condiscípulos que carecieran de algún título por su humilde origen o, bien, a quienes no estudiaran en dicha universidad. Y más tarde, a principios del siglo XIX, esta palabra se usó para nombrar a aquellas personas que carecieran de linaje, sin importar si eran honestos trabajadores o trepadores sociales con ambiciosas aspiraciones… Y ahí fue donde se quedó el término, denominando a aquellos que quieren ser, pero no son.
Finalmente, en esta redacción queremos terminar aclarando que, por lo menos, la RAE ya se puso de acuerdo con estos snobs, aunque no con la palabra, pues en su última edición, la vigésima segunda, acota que esnob es una «persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etcétera, de aquellos a quienes considera distinguidos».

-Fuente: algarabia.com -